La enfermedad diverticular se refiere a la formación de pequeños sacos o bolsas (divertículos) en las paredes del colon, mientras que la diverticulitis es la inflamación o infección de uno o más de estos divertículos. Aunque la mayoría de las personas con enfermedad diverticular no presentan síntomas, cuando la diverticulitis ocurre, puede causar dolor abdominal severo, fiebre y otros síntomas relacionados.
La enfermedad diverticular y la diverticulitis suelen tratarse mediante cambios en la dieta, medicamentos y, en casos graves, cirugía. A continuación, se detalla la información relevante sobre el manejo de estas condiciones.
¿Qué es y cuándo se usa?
- Enfermedad diverticular: Es una afección común, especialmente en personas mayores de 40 años, caracterizada por la formación de divertículos en las paredes del colon. Estos divertículos son pequeños sacos o bolsas que pueden desarrollarse cuando las partes débiles del colon se inflaman o presionan hacia afuera debido a la presión del contenido intestinal.
- Diverticulitis: Ocurre cuando uno o más divertículos se inflaman o se infectan. La diverticulitis puede causar síntomas graves como dolor abdominal (generalmente en el lado izquierdo), fiebre, cambios en los hábitos intestinales y vómitos. En casos severos, puede provocar complicaciones como perforación, abscesos o sangrado.
¿Cómo se maneja?
1. Manejo conservador (en casos de enfermedad diverticular no complicada o diverticulitis leve):
- Cambios en la dieta:
- Se recomienda una dieta rica en fibra (frutas, verduras, cereales integrales) para prevenir el estreñimiento y reducir la presión en el colon.
- Durante los episodios de diverticulitis, se recomienda una dieta líquida o baja en fibra durante un corto período de tiempo hasta que la inflamación y los síntomas mejoren.
- Antibióticos (para la diverticulitis):
- En casos de diverticulitis leve, se pueden administrar antibióticos orales para tratar la infección.
- Control del dolor:
- Se prescriben analgésicos como el paracetamol o medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor abdominal. En casos más graves, pueden usarse analgésicos más fuertes.
- Reposo y vigilancia:
- El reposo es recomendable durante los episodios agudos. Se debe seguir una vigilancia estrecha para evitar complicaciones y asegurar que la inflamación se resuelva adecuadamente.
2. Manejo quirúrgico (en casos complicados o recurrentes de diverticulitis)
Si la diverticulitis se complica (por ejemplo, con abscesos, perforación o hemorragia) o si los episodios son recurrentes, puede ser necesaria una cirugía.
- Indicaciones para cirugía:
- Diverticulitis grave o perforada: Si hay perforación del colon o un absceso grande que no mejora con tratamiento conservador.
- Diverticulitis recurrente: Si un paciente tiene varios episodios de diverticulitis, la cirugía puede ser necesaria para evitar futuros problemas.
- Sangrado significativo: Si hay hemorragia grave debido a la enfermedad diverticular, puede requerirse cirugía.
- Procedimiento quirúrgico:
- Resección del colon afectado: En muchos casos, la cirugía consiste en remover la parte del colon afectada por los divertículos inflamados o complicados. Esto puede hacerse mediante una cirugía abierta o laparoscópica.
- Anastomosis: Tras la resección, los extremos del colon se vuelven a conectar (anastomosis) para restaurar la función intestinal.
- En situaciones críticas, cuando no es posible realizar una anastomosis, se puede realizar una colostomía temporal o permanente, dependiendo de la extensión de la cirugía.
Órganos involucrados
- Colon: El órgano principal afectado en la enfermedad diverticular y la diverticulitis. Los divertículos se forman en las paredes del colon, y la inflamación o infección ocurre en esas bolsas.
- Recto y ano: En casos más graves, los divertículos pueden afectar el colon distal, que incluye el recto, aunque esto es menos común.
Exámenes previos
Antes de determinar el tratamiento adecuado, es posible que se realicen varios exámenes para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la afección.
- Tomografía computarizada (TC): La TC es el examen de elección para diagnosticar diverticulitis, ya que permite ver la inflamación, abscesos, perforaciones o complicaciones.
- Endoscopia: Puede realizarse una colonoscopia para observar el colon y confirmar la presencia de divertículos, pero generalmente se evita durante un episodio agudo de diverticulitis debido al riesgo de perforación.
- Radiografía de abdomen: Puede usarse para detectar signos de perforación, obstrucción o abscesos.
- Análisis de sangre: Se realizan pruebas para detectar signos de infección, como un aumento de los glóbulos blancos o una elevación de la proteína C-reactiva.
Contraindicaciones
Aunque la cirugía es generalmente segura, existen algunas contraindicaciones en pacientes con ciertas condiciones:
- Enfermedades cardíacas graves: Si la cirugía implica un riesgo elevado debido a condiciones cardíacas o respiratorias preexistentes.
- Infecciones graves: En casos de infecciones no controladas en otras partes del cuerpo.
- Problemas de coagulación: Si el paciente tiene trastornos hemorrágicos o toma medicamentos anticoagulantes que aumentan el riesgo de hemorragia durante la cirugía.
- Enfermedades comórbidas no controladas: Pacientes con enfermedades graves no controladas, como diabetes no tratada, insuficiencia renal o hepática.
Ventajas y riesgos
Ventajas del tratamiento conservador:
- No invasivo: El tratamiento con medicamentos y cambios en la dieta generalmente no implica riesgos quirúrgicos.
- Recuperación rápida: La mayoría de los pacientes se recuperan sin necesidad de hospitalización prolongada si la diverticulitis es leve.
Ventajas de la cirugía:
- Alivio definitivo: La cirugía puede ofrecer una solución permanente para los episodios recurrentes de diverticulitis y sus complicaciones.
- Prevenir complicaciones graves: Evita problemas como la perforación del colon, abscesos, obstrucción intestinal y sangrado.
Riesgos:
- Infección postquirúrgica: Como en cualquier cirugía abdominal, hay riesgo de infección en las incisiones o en el área de la cirugía.
- Complicaciones derivadas de la colostomía: En casos donde se realiza una colostomía temporal o permanente, pueden surgir complicaciones relacionadas con la adaptación a este cambio.
- Recurrencia de los síntomas: En algunos casos, la enfermedad diverticular puede seguir evolucionando incluso después de la cirugía, aunque esto es menos común.
Recuperación
- Tratamiento conservador:
- En general, los pacientes con diverticulitis leve pueden recuperarse en pocos días a semanas con descanso, dieta adecuada y antibióticos.
- Recuperación postquirúrgica:
- Hospitalización: Generalmente de 2 a 5 días después de la cirugía.
- Tiempo de recuperación: De 4 a 6 semanas para volver a las actividades normales, dependiendo de la extensión de la cirugía.
- Dieta postoperatoria: Se recomienda una dieta blanda o líquida al principio, y luego una transición gradual a alimentos sólidos según la tolerancia.
El manejo de la enfermedad diverticular y la diverticulitis varía según la gravedad de los síntomas y las complicaciones del paciente. Con un diagnóstico adecuado y el tratamiento apropiado, la mayoría de los pacientes pueden experimentar una mejora significativa en su calidad de vida. Si tienes síntomas de diverticulitis o enfermedad diverticular, consulta con un profesional para obtener el tratamiento adecuado. ¡Estamos aquí para ayudarte!